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Extracto:La ambición de la India de atraer más dinero extranjero a sus mercados financieros se está viendo frustrada de nuevo, ya que apenas ha logrado avanzar tras años de conversacione
Por Marc Jones y Saikat Chatterjee
LONDRES, 22 jun (Reuters) - La ambición de la India de atraer más dinero extranjero a sus mercados financieros se está viendo frustrada de nuevo, ya que apenas ha logrado avanzar tras años de conversaciones pero pocos hechos concretos.
Los mortales enfrentamientos entre tropas indias y chinas en la frontera del Himalaya, el aumento de los casos de coronavirus y el segundo recorte de la calificación crediticia soberana del mes el jueves pasado han vuelto a poner al país en el punto de mira internacional.
Tras años de rápido crecimiento, la economía de la India se enfrenta a la peor recesión de su historia reciente, con un desempleo que se ha disparado hasta el 24%, una tasa sin precedentes, y se prevé que el gasto público adicional deje un déficit presupuestario del 11%, que hará que la relación entre deuda y PIB supere el 80%.
“La pandemia del coronavirus ha debilitado significativamente las perspectivas de crecimiento de la India para este año y ha puesto de manifiesto los desafíos asociados con una elevada carga de deuda pública”, dijo la agencia calificadora Fitch al seguir los pasos de Moody's y recortar la calificación del país.
Las decisiones de las agencias dejan el rating indio en el último escalón del grado de inversión, al borde de un regreso al estatus de “bono basura” por primera vez en casi 14 años. Fitch alegó dudas sobre si las tasas de crecimiento del 6-7% podrían recuperarse, mientras que a Moody's le preocupa especialmente que los remedios necesarios para fortalecer la salud fiscal apenas han comenzado.
Según Mark Evans, analista de inversiones en deuda y divisas de mercados emergentes en Ninety One, una nueva rebaja en la calificación “probablemente desencadenaría una reacción negativa instintiva en todos los activos de la India”.
En los últimos años, Brasil y Sudáfrica han demostrado el coste de perder el grado de inversión, pero lo que más importa, añadió Evans, es si había voluntad y capacidad para volver a encarrilar la economía en una senda más equilibrada.
“La pandemia de coronavirus es una conmoción mundial y no es exclusiva de la India”, dijo a Reuters Sanjeev Sanyal, principal asesor económico del Ministerio de Finanzas de Nueva Delhi, en respuesta a las preguntas sobre las preocupaciones en materia de calificación.
“En lo que respecta a nuestra capacidad para pagar los intereses de la deuda externa, las reservas de divisas de la India, que ascienden a 500.000 millones de dólares y siguen aumentando, son más que adecuadas para cumplir con todas las obligaciones externas”.
MAL MOMENTO
Los dirigentes económicos han estado hablando de abrir el sector financiero de la India e internacionalizar el uso de la rupia durante más de diez años, con escasos progresos.
Uno de los elementos de los recientes planes de reforma era atraer a los inversores extranjeros a los mercados indios de manera similar a como ha hecho China en la última década.
El director del Banco Mundial, David Malpass, ha señalado que la capitalización del mercado de valores de la India ha aumentado a más de 2,2 billones de dólares, pero que su mercado de deuda sigue estando en una “etapa incipiente de desarrollo”.
Menos del 4% de los bonos del Estado están en manos de extranjeros, en comparación con el 20%-40% en las cercanas Indonesia y Malasia, según el economista jefe adjunto del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF), Sergi Lanau. La emisión de bonos corporativos fue de aproximadamente el 4% del PIB, que también es mucho menor que en otros grandes mercados emergentes.
En marzo, el banco central dio su primer paso real para abordar este problema, relajando los límites del 6% a la propiedad extranjera de bonos públicos y permitiendo un acceso ilimitado a un grupo selecto de bonos de referencia, en el marco del plan Fully Accessible Route (Ruta de Accesibilidad Completa, conocido por sus siglas en inglés FAR).
Los límites previos han mantenido los bonos de la India fuera de los principales índices de inversión mundial como el GBI-EM de JPMorgan o el Bloomberg Barclays Global Aggregate, que atraen a los gestores de patrimonios de los mercados emergentes de todo el mundo.
En vista de los cambios aplicados con el programa FAR, JPMorgan ha señalado este mes a la India como uno de los cuatro países que compiten por la posible inclusión en el GBI-EM. Podría tener una ponderación del 7,8% en el índice, aunque dado que solo el 9% del volumen de deuda está cubierto actualmente por las nuevas normas, el banco estadounidense no llegó a sugerir que fuera inminente.
Jayesh Mehta, especialista en India en Bank of America, es optimista en cuanto a que al menos uno de los grandes índices lo incluirá pronto, aunque otros piensan que todavía está lejos. El índice Barclays Bloomberg también requiere una calificación de grado de inversión.
Stuart Ritson, gestor de fondos de Aviva, es uno de los escépticos. Piensa que la perspectiva de más recortes en los tipos de interés por parte del Banco de la Reserva de la India todavía hace que los bonos del país sean atractivos en la actualidad. Pero este año los inversores extranjeros han vendido 14.000 millones de dólares. Las salidas de la bolsa de la India también alcanzaron su nivel más alto en tres años en el primer trimestre.
Mehta, el gestor de BofA, también ve poco progreso en hacer de la rupia una moneda de poder global. Han surgido los bonos Masala -bonos denominados en rupias emitidos fuera de la India-, pero hay poco incentivo para que las empresas facturen internacionalmente en la moneda.
La participación de la rupia en la facturación diaria del mercado de divisas ha ido aumentando gradualmente hasta el 1,7%, pero la cifra es pequeña en comparación con el 4,3% del yuan chino, ya que Pekín ha sido más proactivo y está promoviendo los bonos en yuanes.
La reticencia de Nueva Delhi a emitir bonos en dólares también podría reducir las opciones del Gobierno, en un momento en que tiene que tapar el enorme agujero presupuestario. Una rebaja en la calificación de la deuda complicaría aún más estos esfuerzos.
“Ciertamente necesitamos vigilar ese espacio dado el nivel de conmoción del sistema que estamos viendo ahora”, dijo Neeraj Seth, jefe de crédito asiático de BlackRock.
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