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Extracto:Este es el dinero que debes destinar para pagar los gastos de tu vivienda y que no afecte a tu salud económica, según los expertos en planificación financiera.
Las cuotas que pagar por tu vivienda, sea de alquiler o en propiedad, pueden suponer un auténtico obstáculo en tus finanzas personales.
La hipoteca o el pago cada mes del arrendamiento de una vivienda probablemente sea el mayor gasto mensual. Especialmente, si vives en grandes capitales como Madrid o Barcelona donde los precios se han disparado en los últimos años.
Según el Banco de España,el porcentaje de las familias con capacidad de ahorro fue del 4,85%. Una cifra que supone que de cada 100 euros que ganas, apenas guardamos 5. Una cifra que obliga a ser cautos a la hora de pedir crédito a las entidades financieras para la compra de una vivienda. De ahí a que una de las preguntas esenciales sea cuánto se debe destinar de tus ingresos para tu casa.
En este sentido,la media de los expertos pone el límite en el 30% de tu salario, o de los ingresos familiares, como tope para que no se vea trastocada tu libertad financiera ni tu salud económica. Es decir, una cantidad que está muy lejos de los números que actualmente tiene España.
Así, si eres un inquilino, ese porcentaje incluiría el pago de todo tipo de servicios y, en el caso de que seas propietario, impuestos como el IBI, los gastos de mantenimiento o los seguros anuales.
¿Por qué el 30% resulta una cifra óptima? Los expertos en planificación concretan que aquellos que exceden ese porcentaje terminan agobiados por los costes. Los que emplean el 50% o más pueden tener graves problemas para cuadrar su presupuesto y sus finanzas personales.
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La mayoría de los expertos coinciden en que el porcentaje ideal y relativamente cómododebería oscilar entre el 30% o, en su defecto el 35% como máximo, y que en ningún caso debe superar el 40%. Es decir, por ejemplo, si el titular o titulares ganan en total 2.000 euros, la hipoteca óptima no debería superar los 600 euros.
“La clave de mantener unas finanzas personales saneadas se ha de basar en que uno de los principales gastos fijos que tienes, que es la vivienda, no esté por encima de tus posibilidades”, describe para Business Insider España José Luis Herrera, analista financiero independiente.
Otra teoría: del 29% al 41% de tus ingresos
Por el contrario, el especialista en gestión patrimonial David Bach apuesta por una regla que es ligeramente diferente, que describe en su libro, The Automatic Millionaire, y que ha recogido la CNBC: “Según la Asociación Federal de Vivienda, una buena referencia es que la mayoría de las personas pueden permitirsegastar el 29% de sus ingresos brutos en gastos de vivienda, y hasta un 41% si no tienen deudas”. Por ejemplo, créditos por la adquisición de un coche u otros préstamos.
Una persona que gane 1.500 euros al mes debería destinar como máximo al pago de su vivienda 435 euros si está libre de deudas y hasta 615 euros si tiene otros préstamos que pagar. Para 2.000 euros mensuales, por ejemplo, hasta 580 euros y 820 euros, respectivamente. Para un sueldo de 3.000 euros, sería hasta 870 euros si se arrastran otras deudas y 1.230 euros en caso contrario. Y así progresivamente.
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La regla 28/36
Otra pauta popular que siguen muchos usuarios es la “regla 28/36”, que dice que no debes gastar más del 28% de tus ingresos mensuales en costes relacionados con tu vivienda y no más del 36% en la deuda total, incluida tu casa y otro tipo de créditos.
Los bancos que financian tu hipoteca utilizan esta regla para evaluartu capacidad de endeudamiento. Si la relación deuda-ingresos excede esos límites, es posible que debas pagar un tipo de interés por encima de la media o, incluso, que no puedas acceder a la financiación.
En este sentido, a pesar de que estas pautas pueden ser útiles, la situación financiera de cada individuo es bien distinta. Si no gastas mucho en entretenimiento o transporte, es posible que tengas más espacio entu presupuesto para la vivienda.
Si resides en una gran ciudad, puede ser imposible mantener los costes de la vivienda al 30% o menos, pero no así en urbes más pequeñas o en el ámbito rural. “El porcentaje que se debe destinar a vivienda depende de un gran compendio de factores, aunque es verdad quela idea principal se sitúa en no gastar más del 25% al 45%”, concluye Herrera.
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