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Extracto:Sin embargo algunas zonas del mundo tendrán impactos más severos, incluso respecto a naciones vecinas
En todo el mundo, excepto algunas regiones de Asia, la crisis económica desatada tras la pandemia del Covid-19, será devastadora, tanto que el crecimiento económico de la última década será borrado del mapa, sí para efectos prácticos las economías del orbe estarán en niveles muy similares a los que tenían en el año 2010, cuando apenas despertaban de otra pesadilla, la de la crisis de las hipotecas.
En niveles de consumo, gasto privado y gubernamental, crecimiento económico, y sobre todo bienestar económico, todo será una fotografía de una década atrás, hasta ahora el mundo se ha salvado de una Gran Depresión, pero no de una Gran Recesión.
Latinoamérica será sin duda el sitio más golpeado, lo dicen propios y extraños; desde el río bravo hasta la Patagonia no hay una sólo nación o región que pueda salvarse o aislarse del efecto devastador de la crisis económica, cada país en su dimensión porque no es lo mismo hablar de una caída de 4 por ciento en Guatemala que una de 10 por ciento en México o una de 9 por ciento en Brasil, para este año.
Las economías de la región latinoamericana son muy desiguales hasta en eso, los tamaños son muy distintos y pese a que un 4 por ciento en una nación como Guatemala no representa mucho comparado con el 10 por ciento de su vecino del norte, México, es una caída devastadora para una economía que apenas crece entre 1 y medio punto porcentual en promedio en los años recientes.
La pobreza y la desigualdad desde luego serán la constante en esta parte del mundo porque aumentarán como no se observaba en años; ya señalamos que cuando menos llegarán a niveles de hace una década, todo lo que se había ganado se perdió, o se perderá.
Europa no la pasará mejor, pero ahí también habrá desigualdad en cuanto al impacto de la crisis y sus efectos de largo plazo.
Es un hecho que naciones como España e Italia son y serán las más afectadas; en términos sanitarios se habla de que incluso en Italia casi se habrá extinguido una generación en algunas partes del país por las muertes totales registradas en la pandemia, considerando que Italia era un país de apenas 60 millones de habitantes antes de la pandemia y que su población estaba dispersa en el territorio, con poblaciones que apena tenían unos cuántos miles.
Pero el efecto económico más devastador será sobre España, ya se observa. La economía española habrá retrocedido cuando menos una década o más en su bienestar y crecimiento económico, ya se sienten los primeros efectos, pero es solamente el inicio. La economía española podría regresar a tasas de desempleo de hace 20 años cuando llego a 23 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), y hoy mismo existe ya un gran debate en torno a las pensiones, porque no alcanzará para todos y el problema es que cada vez más y más españoles llegan a la edad de la jubilación.
Francia la pasará un poco menos mal que Italia y España, pero no mucho más, también tendrá serios problemas de crecimiento en los próximos años. Alemania seguirá como el “motor de Europa”, pero con graves problemas de sincronización económica y, por supuesto, de crecimiento, hasta ahora la posibilidad de un “motor desvielado” es remota según los analistas de la región, pero todo dependerá de la forma en la que este país pueda hacer que el resto de la Comunidad Económica Europea reaccione, si no lo hace pronto entonces Alemania estará en problemas.
Rusia es otro caso, su economía caerá más de 6 por ciento este 2020 y se recuperará un poco más de 4 por ciento ara el año inmediato, pero no hay mucha claridad sobre lo que pasará con este país en los años siguientes, su población envejece a pasos agigantados, mientras que su exposición económica al mundo pierde terreno, los enormes yacimientos petrolíferos del gigante europeo pierden relevancia y su gran apuesta es su enorme territorio gasífero, aunque el vertiginoso desarrollo tecnológico amenaza con relegar también poco a poco esta ventaja competitiva.
Una de las grandes consecuencias de lo que hemos anotado en las líneas anteriores, podría ser la llegada de un nuevo orden económico mundial, con China como el gran protagonista del siglo, junto a Japón que recuperará parte del terreno perdido en otros años. Estados Unidos es por el momento una gran incógnita en tanto no logre lidiar por completo con la crisis.
En este nuevo orden económico, es un hecho que la tecnología jugará un papel determinante, pero no sólo la tecnología proveniente de los países de siempre, sino incluso de naciones como China, o la que se desarrolla en los países nórdicos e incluso en Rusia; en Latinoamérica Brasil parece llevar la delantera, aunque no le alcanzará para salir del atraso y magro crecimiento que registrará la región cuando menos los próximos 3 años.
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