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Extracto:*La divisa azteca enfrentará un escenario distinto; por el momento la clave de su fortaleza es su nivel de tasa de interés.
En las siguientes entregas trataremos de evaluar con estricto sentido económico las repercusiones que tendrá en las divisas latinoamericanas la inminente llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, después de que este fin de semana las más recientes cifras relativas a la elección en Estados Unidos del pasado martes 3 de noviembre le dieran ya el triunfo por mayoría de votos en el colegio electoral sobre el actual presidente Donald Trump, quien buscaba la reelección.
Como siempre lo hemos hecho, iniciaremos el análisis de acuerdo a la posición geográfica de cada moneda, con Estados Unidos como punto de referencia hacia el sur del continente, toca el turno al peso mexicano.
En la sesión de este lunes 8 de noviembre, el peso mexicano se apreciaba 0.68 por ciento y cotizaba ya en niveles de 20.4051 pesos por dólar, con lo que pone a prueba su soporte técnico y psicológico de 20 pesos por dólar.
De acuerdo con algunos analistas consultados por el autor antes de escribir estas líneas, el peso puede tocar las 20 unidades, técnicamente está muy cerca de romper el piso de 20.25 y si lo hace el siguiente objetivo está en 19.65 pesos por dólar.
Desde luego que en estos momentos la divisa mexicana se mueve con base en lo que sucede en los mercados internacionales en los que existe cierta euforia por la victoria de Biden, pero sobre todo por el fin de la incertidumbre que no obstante no había golpeado a los mercados en días pasados, no dejaba de ser un factor de riesgo. Salvo que suceda algo inusitado, el próximo presidente de Estados Unidos será Joe Biden, los mercados ahora evaluarán poco a poco su oferta económica presentada cuando candidato.
Pero, ¿qué pasará con el peso mexicano en la era Biden?, o cuando menos qué sucederá en los primeros meses o quizás el primer año de un presidente totalmente distinto a Trump, y también al mandatario mexicano Andrés Manuel López Obrador.
No hay motivos para penar que habrá un cambio drástico en las relaciones México-Estados Unidos por un tiempo, sobre todo porque Biden deberá enfocarse a la recuperación económica de su país, requisito indispensable de gobernabilidad frente a sus conciudadanos. Esta recuperación, de lograrse, de hecho, beneficiará a México más que muchas otras naciones, el país es socio comercial de la mayor economía del planeta.
Pero sí habrá posteriormente un seguimiento al desempeño económico de México, que no ha sido el óptimo desde que llegó la nueva administración, este año el PIB caerá entre 9 y 10 por ciento, golpeado por la pandemia claro, pero también por algunas políticas públicas equivocadas.
El año entrante México enfrentará un entorno político complicado porque se renovará la cámara baja (diputados), más 15 gubernaturas y un gran número de alcaldes, en este entorno el crecimiento de la economía podría resultar afectado.
Para el peso la clave sigue siendo la tasa de interés y su cercanía con Estados Unidos, los mercados mexicanos pagan a los inversionistas foráneos rendimientos de hasta 450 puntos base, algo difícil de despreciar considerando que en el mundo industrializado las tasas de interés se encuentran cercanas al cero absoluto.
Los operadores y analistas ven al peso por debajo de 20 unidades por dólar en algún momento de las próximas semanas, quizás en días. Pero, esta fortaleza no obedece a que mejoraron las expectativas en torno a la economía mexicana, ni presentes ni futuras, sino al entorno global.
La estrategia en torno a la moneda azteca se mantiene, vender pesos en periodos cortos y tomar beneficios de entre 10 y máximo 20 puntos de cotización para evitar riesgos en momentos de ajuste. El peso mexicano podría dar rendimientos interesantes, pero igual que todas las divisas, tiene fuertes riesgos.
Sobre la pregunta inicial del artículo, más que saber si Biden será bueno para el peso, lo relevante es saber cómo se ajustará la economía de México a las reglas del nuevo presidente, de eso dependerá la trayectoria de la moneda local.
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