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Extracto:No significa que la divisa se depreciará significativamente, no al menos en un inicio
La moneda estrella de Latinoamérica, la divisa más negociada de la región pese a que su economía no es la más grande, tendrá un año complicado el año siguiente, aunque de mantenerse las condiciones actuales, podríamos ver que se mantendrían periodos constantes de fortaleza debido alentados por los niveles de las tasas de interés vigentes en México.
El primer periodo de prueba para el peso iniciará tan pronto como el 20 de enero del próximo año, o quizás un poco antes, con la transición política en Estados Unidos, que es no solamente la mayor economía del mundo sino también su vecino y principal socio comercial.
Como sabemos, ese día, el 20 de enero el presidente electo Joe Biden tomará posesión y entonces muchas cosas se modificarán; luego de 4 años del presidente Trump, la mitad de ellos en convivencia con el actual presidente mexicano, es ahora tiempo de un nuevo mandatario que cambiará las reglas del juego.
Este proceso no provocaría grandes ajustes para el peso, al menos así es la expectativa inicial entre los analistas, sobre todo porque no se espera un cambio radical de inicio en la política estadounidense hacia México, este cambio será paulatino. Pero no cabe duda de que será una fecha significativa para el futuro de la moneda mexicana.
Después vendrán las cifras definitivas del PIB mexicano durante este 2020, se espera un desplome de entre 9 y 10 por ciento, algo histórico, jamás visto. Si hasta ahora el mercado no ha tomado demasiado en cuenta esta cifra, existen riesgos asociados que se magnificarán en caso de que la economía de Estados Unidos no despegue como se esperaba.
El desplome de la economía puede pasar facturas al peso en los meses siguientes, sobre todo porque el mercado no lo ha reflejado todavía.
A partir del mes de marzo, el proceso electoral para renovar la cámara baja (diputados), 15 gubernaturas y miles de alcaldías, llevarán a la economía mexicana a un impasse, que el peso también podría resentir dependiendo de las condiciones en la que se encuentre para entonces la economía del planeta, recordemos que México es una de las economías más globalizadas.
La composición del congreso en la cámara baja, es decir la cámara de diputados, será muy importante para el rumbo económico que pretenda darle a la economía mexicana el gobierno en turno, ha insistido en que la gestión actual es un proceso de transformación luego de 36 años de gobiernos con tendencia neoliberal; sin embargo, una cosa es el discurso y otra la realidad, en la que la economía mexicana ha pasado por problemas desde antes de la pandemia.
Si el gobierno actual logra mantener la mayoría relativa, o todavía mejor, si consigue la mayoría absoluta, habrá dado un paso trascendental para imprimir su huella en la economía mexicana y sobre todo en un esquema económico diferente, pero nuevamente volvemos al punto en el que el discurso es una cosa y la realidad otra muy distinta.
El primer semestre del año será entonces muy complicado para el peso mexicano, sin que ello signifique un inminente periodo de depreciación para dicha moneda, como no ha sucedido en los meses recientes si tomamos en cuenta el nivel en el que se ubicaba al inicio de este año y en el que se ubicará cuanto termine este 2020, a menos que en los días que faltan para que finalice 2020 suceda algo inesperado.
Factor esencial será desde luego el nivel de tasas de interés, que seguramente se mantendrán en niveles cercanos al 4 por ciento, en donde se ha demostrado que el banco central mexicano se encuentra “cómodo”.
Todo lo anterior nos llevará a un año en el que, si bien no se esperan los niveles de volatilidad registrados en este 2020, es posible que la moneda mexicana enfrente periodos de turbulencia, sin la menor duda.
Pero, como sabemos, la volatilidad es amiga de los traders, de modo que sólo es cuestión de esperar las oportunidades y aprovecharlas.
Ya que hablamos de eso, es notorio el esfuerzo del peso para mantenerse debajo de 20 pesos por dólar, parece que le cuesta trabajo, la clave es lo que hemos consignado líneas arriba: le espera al peso un año 2021 complicado.
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