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Extracto:Los efectos son para el mundo corporativo mucho más costosos de lo que se observa superficialmente
El costo del primer gran hackeo global de este año 2021 fue desfavorable para la empresa afectada, Colonial Pipeline, empresa que gestiona oleoductos en Estados Unidos; de hecho, la red más grande del país con una extensión de 8,850 kilómetros a lo largo de toda la costa este de Estados Unidos.
Los hackers ganaron la partida, finalmente Colonial pagó varios millones de dólares para liberar sus oleoductos y acabar con una crisis que crecía día con día.
Hoy, ya fluye la gasolina ya fluye por el principal oleoducto del sureste de Estados Unidos luego de una semana de parálisis; después de que Colonial cediera a las pretensiones de los ciberpiratas.
El costo para la empresa es elevado, pero los costos al negocio y al país hubieran sido devastadores de permanecer el cierre por mas días o semanas.
De acuerdo con fuentes de la agencia Bloomberg, Colonial debió pagar a los ciberpiratas alrededor de 5 millones de dólares en bitcoins para retomar el control de sus oleoductos.
Pero no fue una negociación fácil y al parecer la empresa estuvo bajo intensas presiones por días enteros ya que el pago se hizo unas horas después del hackeo.
En este año los ataques de «ransomware» se han disparado alrededor del mundo, aunque los objetivos han cambiado.
Ahora, en lugar de secuestrar los ordenadores de ciudadanos comunes y pedirles unos centenares de dólares, atacan a grandes empresas. también a entidades gubernamentales para exigir cientos de miles de dólares.
Pero los pagos de los rescates se han multiplicado por cuatro en estos tiempos, alcanzando los 350 millones de dólares en 2020. También se estima que el pago medio se ubica arriba de los 300,000 dólares por ataque.
A pesar de que la compañía dijo que no tenía intención de pagar a los ciberpiratas, no ha dicho nada tras la revelación de que sí pagó el dinero exigido.
Por su parte el gobierno de Estados Unidos ha sugerido que los hackers provenían de Rusia, sin apuntar directamente al presidente Vladimir Putin.
Es así como el oleoducto está de nuevo en funcionamiento, en medio de la polémica por el pago realizado para liberarlo.
Sin embargo, hace falta que el combustible que salió de Texas termine su recorrido por toda la costa hasta llegar a Washington y Pensilvania, los territorios más afectados del norte.
De acuerdo con los cálculos de los expertos, la gasolina podría tardar hasta dos semanas en recuperar los stocks normales. Por su parte el diésel y el combustible de aviones tardarían casi tres semanas.
En dicho lapso de tiempo habría escasez, sobre todo en las gasolineras independientes, ya que las grandes cadenas tienen preferencia a la hora de recibir suministro.
por su parte el presidente Joe Biden, volvió a pedir a sus ciudadanos que no hicieran acopio de gasolina.
Asimismo, les sugirió que se desplazaran lo estrictamente necesario mientras dure el problema.
Entre otros decretos de urgencia, permitió que un buque con bandera y tripulación extranjera llevara un cargamento de gasolina entre puertos estadounidenses.
Algo así está prohibido por una ley centenaria -la Ley Jones- que prohíbe que barcos extranjeros operen entre dos puertos del país.
La crisis provocada por este ciberataque ha dejado a millones de personas con problemas para llenar sus depósitos.
Al mismo tiempo puso el foco en los problemas de infraestructura que sufre Estados Unidos y su vulnerabilidad ante el ataque de hackers.
Biden ha propuesto reformar las fragmentadas redes energéticas del país para evitar problemas como este.
El gran efecto
Pero el gran efecto y lección que deja este primer gran ciberataque a una empresa global es la vulnerabilidad que tiene el mundo entero. Ahora queda demostrado que los hackers pueden atacar bancos, mercados de valores, o empresas de gobierno. El primer y gran riesgo global es la ciberseguridad, señalaban a principios de año algunos expertos en los muchos foros virtuales que se volvieron costumbre por la pandemia, todo indica que tienen absoluta razón, bienvenido sea el mundo a la era de la ciberinseguridad.
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