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Extracto:Además de las tasas al patrimonio, algunos países se centran en el capital, inmuebles, vehículos, herencias y transferencias.
Aunque todavía falta por conocer el texto final que refleje las medidas que incluiría el Gobierno en su próxima reforma tributaria, tanto las pistas que se han ido viendo desde el ejecutivo, como los puntos en común de propuestas como la de la Andi o Anif apuntan a un elemento clave: incrementar la tributación de las personas más ricas del país.
En este sentido, más allá de la tributación en esa línea que se incluye en el sistema colombiano, son muchas las fórmulas que se han visto en el mundo para incrementar la progresividad a la hora de exigir impuestos a la población.
Una de las últimas, y que todavía está pendiente de volverse oficial es la de Estados Unidos. Según informó el gobierno de Joe Biden, la idea es volver a subir las tasas a las rentas altas hasta el 39,6%, lo que sumado al impuesto a las inversiones llevaría el dato a 43,4%. Eso se estima que afectaría a los que cobran más de un millón de dólares, a los cuáles les subiría desde el 20% actual.
Las ganancias de capital es otro de los puntos a los que el gobierno de Biden le pondrá el foco para su propuesta tributaria.
Sin salir del continente, aunque en Latinoamérica son menos los ejemplos de tributación diferenciadas para las rentas altas, hay varios casos. Esto, a pesar de que un informe de la Cepal muestra que el 1% más rico de la región concentra alrededor del 24,6% de los ingresos totales, dato más elevado que el 10,7% de Europa Occidental o el 18,7% de América del Norte.
Otros reportes, como el de la Red Latinoamericana por Justicia Económica y Social (Latindadd), muestran que el 1% más adinerado cuenta con el 41% de la riqueza en Latinoamérica, pero aporta solo el 3,8% de la recaudación tributaria.
Pese a eso, este mismo reporte indica que, por ejemplo, en la región solo se recauda el 0,8% del PIB en impuestos a la propiedad, por el 1,9% del promedio Ocde. Mientras, la tasa a las transacciones es el 0,4% del PIB, similar a la Ocde, mientras que el gravamen a los inmuebles es de 0,3% del PIB, frente al 1,1% de la Ocde.
El impuesto a la herencia y donaciones es 10 veces mayor en el promedio Ocde que en Latinoamérica.
Esto sin contar que en América Latina, según la Cepal, habría alrededor de US$700.000 millones evadidos en paraísos fiscales.
Al mirar los casos de este tipo de impuestos en la región, uno de ellos es el de Argentina, que recientemente informó que había logrado recaudar US$2.400 millones con el tributo a las fortunas que implementó por la pandemia y que creó controversia.
Esta medida del gobierno de Alberto Fernández gravó a personas con activos por más de 300 millones de pesos argentinos, con una tasa que va desde el 2% hasta el 3,25%, lo que se estima que llegó a unas 10.000 personas. Lo obtenido con el impuesto es el 0,5% del PIB del país.
En 2020 Bolivia adoptó una medida similar. Según el informe de la Cepal, “se considera un tramo exento de 30 millones de bolivianos (unos US$4,4 millones) y tres tasas marginales, del 1,4%, el 1,9% y el 2,4%. La tasa más alta se aplica a patrimonios superiores a los US$7,3 millones”.
En Chile, por su parte, un grupo de legisladores presentó una propuesta de una tasa temporal de 2,5% a los más ricos para los que tengan más de US$22 millones de dólares, pero fracasó. De todas formas, la medida podría resucitar con la nueva constituyente.
Según la Cepal, en estos momentos solo Argentina, Colombia y Uruguay tienen impuestos sobre los patrimonios netos, con la particularidad de que el último es solo para nacionales. Ninguno de los tres supera el 0,1% del PIB.
La investigación de la Cepal indica que en nueve países de la región hay un impuesto a los bienes inmuebles. Precisamente Colombia tiene el recaudo más alto, con 0,79% del PIB, pero que se reparte en los gobiernos locales, no a nivel nacional.
En 13 países hay un impuesto a la tendencia de vehículos, con un máximo de 0,61% del PIB en Uruguay y Brasil (0,06% en Colombia). Pero solo cinco naciones tiene impuestos a las herencias, y recaudan como máximo 0,12% del PIB (no existe en Colombia); 11 economías a la transferencia de inmuebles (no existe en Colombia), y 11 cuentan con gravámenes a las transferencias financieras.
OTRAS REGIONES
Otra de las regiones que se pueden resaltar es Europa, la cual muestra varias particularidades, pues si bien varios de sus países han ido desmontando sistemas de tributación de las rentas más altas durante las últimas décadas, vale la pena mencionar que varias de sus economías cuentan con sistemas progresivos y con altas cargas a la renta.
Cifras de la Ocde ponen el ejemplo de Bélgica, con tributaciones laborales por encima del 50%, o de otros países como Alemania, Austria, Francia o Italia, cerca de esa cifra.
Pero en concreto en impuestos al patrimonio también hay ejemplos. Uno es el de España, que desde este año se elevó hasta un 3,5% por tiempo indefinido para fortunas superiores a los US$12 millones, que se centra principalmente en los activos.
Cabe apuntar que este país cuenta con un sistema progresivo definido por tramos, que van desde 0,2% (patrimonios de 167.129 euros) de tasa hasta el 3,5% mencionado. Noruega y Suiza cuentan con medidas similares.
En Francia se eliminó en 2018 y se sustituyó por tasas a la ‘fortuna inmobiliaria’ y a las rentas de capital, mientras que Países Bajos tiene un gravamen sobre la renta de los activos, que puede llegar hasta 30%.
Otros ejemplos son algunos como el de India, con una tasa de 37% a los ingresos de más de US$677.000, o Singapur, con un tributo sobre el timbre de 20 a 25%, e inmobiliario hasta 25%.
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