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Extracto:Cuando menos hay indicios de que las presiones disminuyen por el momento, a la espera de otros factores
Las cosas parecen enfriarse en los mercados energéticos, en particular en los segmentos de carbón y gas natural.
Los precios en algunos segmentos han bajado entre 40% y 50% desde los máximos de principios de octubre, en parte debido a un alivio de los temores, antes excesivos, de escasez de la oferta.
Los analistas vigilan de cerca la minería de carbón de China, los flujos de gas de Rusia y las exportaciones mundiales de carbón, que se consideran como mecanismos de mercado de autoajuste que se activaron por razones económicas o políticas.
Los esfuerzos de China para impulsar la extracción de carbón nacional parecen dar frutos con declaraciones oficiales recientes que apuntan a un aumento de 10% en la producción comparado con septiembre.
La demanda de energía récord de China este verano, su reacción tardía para aliviar las restricciones a la minería de carbón y el consiguiente aumento en las importaciones de energéticos fue probablemente el ingrediente clave de la crisis energética.
Mientras tanto, en Europa, aumenta la presión política sobre Rusia para incrementar el suministro de gas a Europa.
El déficit observado en los sitios de almacenamiento de Alemania y Austria refleja principalmente la ausencia de los habituales rellenos de almacenamiento estacionales en un puñado de sitios en los que Rusia es indirectamente el propietario.
Asimismo, tanto la fuerte generación de energías renovables y expectativas meteorológicas a corto plazo comparativamente relajadas se sumaron a la presión sobre los precios tanto en Europa como en América del Norte.
La crisis energética fue consecuencia de una recuperación en forma de V impulsada por la manufactura de alto consumo de energía, la rigidez a corto plazo de las cadenas de suministro de combustibles fósiles y la dinámica a veces desatada por la complejidad e interconexiones de los mercados energéticos.
No se observa que la intermitencia de las energías renovables o las restricciones de capital relacionadas con el cambio climático que se mencionan a menudo contribuyan significativamente a los picos de precios, a menos que las restricciones de la minería de carbón de China o el acuerdo de suministro de naciones petroleras cuenten como tales restricciones a la inversión.
Asimismo se considera que el impulso a la minería de carbón en China, los flujos de gas ruso hacia Europa, así como el repunte general y gradual de la producción y el comercio de combustibles fósiles continuarán impulsando la normalización de los mercados energéticos.
Por el momento, todo parece indicar que se han terminado las presiones en el sector, aunque el hemisferio occidental deberá enfrentar todavía el factor climático del invierno, en el que pese a la tecnología hay algo de incertidumbre por los cambios climáticos que atraviesa el planeta y que muchas veces reduce la certeza de los pronósticos.
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