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Extracto:Los sindicatos de Seat advierten de que los planes del Grupo Volkswagen (DE:VOWG_p) de convertir Martorell (Barcelona) en una planta dedicada a vehículos eléctricos pequeños afectará al empleo porque sobrará mano de obra, y exigen al Gobierno que condicione las ayudas del PERTE al mantenimiento de la plantilla.
Los sindicatos de Seat advierten de que los planes del Grupo Volkswagen (DE:VOWG_p) de convertir Martorell (Barcelona) en una planta dedicada a vehículos eléctricos pequeños afectará al empleo porque sobrará mano de obra, y exigen al Gobierno que condicione las ayudas del PERTE al mantenimiento de la plantilla.
El consorcio alemán confirmó este jueves sus planes para fabricar coches compactos eléctricos en la factoría de Seat en Martorell y SUV eléctricos en la planta de Volkswagen en Pamplona a partir de 2025, aunque insistió en que la decisión final dependerá de las condiciones generales y los incentivos del Gobierno.
En Martorell, el grupo alemán pretende ensamblar tres modelos eléctricos de las marcas Cupra, Skoda y Volkswagen, con una previsión ya anunciada hace meses de llegar a los 500.000 vehículos al año. Un volumen global que alcanzará los 900.000 si se suman las unidades que se ensamblarán en Pamplona.
Pese a admitir que la ratificación de estos planes (aún no del todo definitivos) es “un paso adelante”, tanto UGT como CCOO, los dos principales sindicatos de Seat, alertan, en declaraciones a EFE, de la existencia de “incógnitas” y “sombras”, vinculadas sobre todo al empleo necesario para producir estos 500.000 coches.
El coche de combustión exige entre 17 y 23 horas de trabajo por unidad en función del modelo, mientras que el eléctrico compacto que se fabricará en Martorell implicará entre 12 y 13 horas, casi la mitad en algunos casos.
“Con un volumen de 500.000 vehículos al año tenemos un problema de empleo a la vista. Los números no salen”, asegura el secretario general de CCOO en Seat, Rafa Guerrero, que recuerda que en 2019 -antes de la pandemia de la covid-19- Martorell fabricó ya esta misma cantidad de coches, aunque de combustión, con una plantilla total en la compañía de unas 14.000 personas.
El riesgo para el empleo de los planes del Grupo Volkswagen hace que los sindicatos levanten la voz para reclamar al Gobierno que vincule la concesión de las ayudas del proyecto estratégico para la recuperación y transformación económica -PERTE- del coche eléctrico al mantenimiento del empleo.
“Tiene que haber un compromiso de estabilidad del empleo. Si hay dinero público para electrificar Seat tiene que ser así, no se puede utilizar para echar a trabajadores. Tienen que haber medidas no traumáticas y garantizar una transición ordenada del coche de combustión al eléctrico”, afirma el presidente del comité de empresa de Seat y dirigente de UGT de Cataluña, Matías Carnero.
Carnero destaca la importancia de que Seat continúe siendo “una marca integral” y conviva con Cupra, la enseña situada bajo el paraguas de Seat que está adquiriendo más protagonismo y a la que se le están asignando los modelos eléctricos de la firma.
El presidente del comité reclama también para Seat un modelo eléctrico. “No se puede aprovechar la tormenta perfecta que se cierne sobre la marca con la falta de semiconductores para acabar con ella”, avisa.
“El futuro es el coche eléctrico, así que la apuesta por Martorell y Pamplona es una buena noticia, pero Seat es una compañía, no sólo un centro de producción y, por ejemplo, cuenta con una planta en El Prat de Llobregat que fabrica cajas de cambio manuales. Si no hay otras adjudicaciones, en 2025 se quedará sin carga de trabajo y sin futuro”, subraya Rafa Guerrero.
El representante de CCOO advierte de que “ahora mismo no hay ninguna alternativa industrial” para El Prat (Barcelona), donde trabajan algo más de mil personas, una vez se dejen de fabricar cajas de cambio manuales, inexistentes en el coche eléctrico.
Tras alertar del peligro de “condenar” a Martorell al “monocultivo” del segmento pequeño del coche eléctrico, reclama también que se vinculen las ayudas del PERTE al mantenimiento del empleo y que éste se garantice “en los centros donde irán a parar las inversiones no en la cadena de valor del coche”.
Carnero, que es miembro también del consejo de supervisión del Grupo Volkswagen, el máximo órgano de gobierno de la multinacional, insiste también en la necesidad de que las plantas de Martorell y de Navarra se coordinen para “trabajar en equipo”, con la misma productividad y flexibilidad.
Los sindicatos temen que las relaciones laborales se puedan tensar si las dos plantas entran en competencia en la nueva etapa que se abrirá con la electrificación de sus plantas.
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